Pero… y ahí ¿que hacéis?

Ésa es la gran pregunta. Desde hace un mes y por mucho que lo expliquemos, ésa pregunta no para de rondar por todas las conversaciones que tenemos los que por suerte hemos conseguido formar parte de este proyecto.

–Y ahí ¿qué hacéis?–

–Pues me alegro de que me hagas esa pregunta– respondo yo, sólo por hacerme la graciosa, pero en el fondo estoy deseando que me lo pregunten para poder explayarme; y me explayo.

En el Taller de Empleo, nos formamos, nos enseñan a realizar un trabajo, nos capacitan para hacerlo y es genial porque nos pagan por ello. Y por eso mismo somos unos afortunados. Nos pagan por estudiar, por aprender, y durante 6 meses seremos parte de una empresa para la que desarrollemos proyectos y en la que ayudaremos a pequeños emprendedores a potenciar su nuevo negocio; como es el caso de Toni, al que ya le hemos preparado 3 presentaciones. Me parece una idea genial, no sólo es formación para el desempleado, es realmente reciclar a la gente y dotarla de nuevas armas, no sólo teóricas.

Sé lo que pensará mucha gente –Vaya mierda que hacen con mis impuestos– o –Y por qué a ti y no otros-, a lo segundo no puedo contestar (o sí, pero quedará feo) A lo primero en cambio, puedo decir que no sólo está nuestro Taller de Empleo, hay muchos más por todo el Estado, y sinceramente, me parece de lo mejor que pueden hacer con los impuestos, ayudar a los que en un momento determinado lo pasan mal y se encuentran en una situación de desempleo, y dotarles de nuevas herramientas para afrontar su situación.

Otros estarán pensando –Qué bonito lo pones María, idílico– Pues no es tan bonito, no es tan idílico, pero ¿qué lo es en esta vida? Yo lo que sí sé es que hace unos meses no sabía qué iba a pasar conmigo y ahora… tampoco, pero cuando termine podré hacerlo mejor.

Un saludo.

P.D.: La camiseta es el uniforme de trabajo, no un regalito.

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